Texas is on the brink of a historic secession from the US, with both Democrats and Republicans supporting the move. This unexpected alliance is shaking the foundations of the nation, and the potential loss of Texas would be an economic, energy, and military catastrophe for the US. The Lone Star State's independence is no longer just a wild idea, it's a real and imminent threat. 🇨🇱🤠

🇺🇸 The Unraveling of the United States

Estados Unidos está desmembrando ante los ojos de Joe Biden. La caída de Texas en manos de los separatistas va tomando forma. Una inquietante revelación sacudió el fin de semana a Washington. Demócratas y republicanos van por un mismo objetivo: la Independencia, o "Texit", como también lo llaman. Cuenta ya con el apoyo de decenas de miles de texanos, sin importar su color político, han puesto sus firmas. En esta historia no hay buenos ni malos, pero sí la inminente caída de un imperio. Texas le dice adiós al suelo estadounidense.

🤔 A Surprising Alliance

La temida secesión está en curso, un giro inesperado que podría marcar un hito en la historia de Estados Unidos. Ciudadanos demócratas de Texas, alineados sorpresivamente con sus contrapartes republicanas, han desafiado los límites de la unión nacional. Daniel Miller, presidente del movimiento nacionalista de Texas, reveló con un tono sombrío que miles de demócratas firmaron una petición exigiendo que Texas se deslinde de los Estados Unidos. Joe Biden entró en crisis al conocer esta información. Esta alianza insólita entre demócratas y republicanos, centrada en la figura del gobernador republicano Greg Abbott, emerge de las cenizas de una crisis migratoria sin precedentes en la frontera con México.

📜 A Dramatic Call for Secession

En enero, el movimiento nacionalista de Texas en una carta con tonos de urgencia y desesperación solicitó a Abbott convocar una sesión especial para votar la ley de referéndum de Independencia de Texas. Parecía una bravuconada, pero esto se salió de control. Esta ley impulsada por el legislador republicano Brian Slayton lleva ya un año gestándose. Un ambiente político cada vez más dividido. Miller en declaraciones al medio Newsweek confesó que él y otros partidarios de la secesión, un acto casi desafiante, visitaron la semana pasada la oficina de Abbott. El motivo: entregar personalmente más de 170,000 firmas, entre estas 139,000 provienen de republicanos, el resto son demócratas, revelando una brecha que trasciende las barreras partidistas.

🗺️ A Historical Precedent

Es la Independencia de Texas un asunto que se le fue de las manos a Washington. Lo que hemos visto es que casi el mismo número de demócratas y republicanos apoyan la secesión, admitió Miller, destacando que los votantes demócratas respaldan el Texit no por afinidad partidista, sino por reconocer que la cuestión se eleva por encima de las disputas políticas habituales. Esta dramática convocatoria a la secesión revive fantasmas del pasado. Aunque la Corte Suprema de Estados Unidos en un fallo de 1869 determinó que los estados no pueden unilateralmente abandonar la unión, el espectro de la separación resurge con fuerza.

🛡️ A Battle of States

En el centro de un escenario cada vez más tenso y polarizado emerge una figura eruptiva: Ron DeSantis, el gobernador de Florida. Este personaje que ve en el caos una oportunidad de acaparar portadas anunció el envío de 50 guardias nacionales y 76 agentes de la patrulla de carreteras de Florida a Texas. La crisis fronteriza de Biden ha convertido a cada estado en un estado fronterizo, declaró DeSantis. En el corazón del conflicto se encuentra la ley SB4 de Texas, promulgada por el gobernador Greg Abbott, que otorga a los agentes texanos el poder de detener, procesar y deportar, una prerrogativa que el Departamento de Justicia de Estados Unidos insiste pertenece exclusivamente al Gobierno Federal.

💰 The Economic and Strategic Implications

La perspectiva de Texas, conocido como El Lone Star State, abandonando los Estados Unidos no es solo un revés simbólico, sino una calamidad económica y estratégica de magnitudes colosales. En esta posible realidad, Estados Unidos se enfrentaría a una pérdida sin precedentes en múltiples frentes. Texas es una potencia económica con un PIB de aproximadamente 1.9 billones de dólares. Su economía es comparable a la de Canadá o Brasil. Si Texas fuera una nación independiente, sería la novena economía más grande del mundo. La secesión arrancaría este coloso económico del seno de Estados Unidos, creando un vacío financiero catastrófico. Además, es el líder indiscutible en la producción de petróleo en Estados Unidos, contribuyendo con aproximadamente 43% de la producción total del país. La pérdida de estos recursos energéticos sería un golpe devastador para la seguridad energética nacional y podría desencadenar un aumento en los precios del petróleo y la electricidad, afectando a cada hogar estadounidense.

🛡️ The Military and Strategic Impact

Texas alberga algunas de las bases militares más importantes de Estados Unidos, incluyendo Fort Hood, una de las instalaciones militares más grandes del mundo. La salida de Texas implicaría la reubicación costosa y logísticamente compleja de estas bases, junto con una pérdida significativa de capacidad defensiva y estratégica. En resumen, la eventualidad del Texit no es solo un asunto de orgullo o identidad, es una cuestión de supervivencia económica, energética, militar y política para Estados Unidos. La pérdida de Texas sería un golpe de proporciones históricas, resonando no solo en las finanzas y la política, sino en el corazón y alma de una nación.

Source: Prensa Alternativa

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